La Artesanía Detrás de los Knockouts: Cómo los guantes de Cleto Reyes se convirtieron en el estándar de oro del boxeo

En un mundo de llamativos eventos de boxeo dominados por megapromotores y enfrentamientos plagados de estrellas, hay algo que permanece inalterable: los legendarios guantes de boxeo Cleto Reyes, fabricados a mano con precisión y tradición. Alberto Reyes, el hombre que está detrás de la icónica marca, sigue manteniendo el legado de su padre, que fundó la empresa en la década de 1940. Estos guantes, apreciados por leyendas como Muhammad Ali, Manny Pacquiao e incluso el ficticio Rocky Balboa, son un testimonio de la artesanía duradera y el compromiso con la calidad que definen a Cleto Reyes.

Uno de los momentos más memorables de la historia de la empresa se produjo en 1978, durante el combate de Muhammad Ali para reclamar su título de los pesos pesados a Leon Spinks. A pesar de tener un contrato con otro proveedor de guantes, Ali insistió en utilizar guantes Cleto Reyes. Los promotores accedieron, pero sólo si Ali cubría el logotipo de la marca con cinta adhesiva. Sin embargo, una vez dentro del ring, el siempre desafiante Ali pidió a su entrenador que retirara la cinta, revelando al mundo el nombre de Cleto Reyes. La icónica imagen de Ali, empapado en sudor y defendiéndose de un brutal golpe de Spinks, con «Cleto Reyes» claramente visible en sus guantes, se publicó en todo el mundo, consolidando el estatus de la marca en la historia del boxeo.

Detrás de estos guantes legendarios hay una historia de pasión, dedicación y hábil artesanía. Rubén Albarrán, que lleva décadas con Cleto Reyes, recuerda el orgullo que sintió al ver su trabajo manual en las manos de Ali. «Fue uno de los primeros pares que hice», recuerda Albarrán. «Cuando vi el combate, me emocioné mucho por la empresa. Luego vi la foto en el periódico». El viaje de Albarran refleja el de muchos en Cleto Reyes, donde el amor por el boxeo y la artesanía van de la mano.

El legado de Cleto Reyes comenzó en la década de 1930, cuando un joven llamado Cleto Reyes, que idolatraba a las estrellas emergentes del boxeo mexicano, subió al ring como aficionado. Tras una efímera carrera que sólo duró tres asaltos, Reyes se centró en la fabricación de guantes de boxeo, utilizando sus habilidades para coser equipos de béisbol. Su reputación de fabricante de guantes de primera categoría se extendió rápidamente entre los boxeadores, y pronto, campeones como Joe Louis, George Foreman y Sugar Ray Leonard utilizaron guantes Cleto Reyes en sus combates más importantes.

Alberto Reyes continúa con orgullo la tradición de su padre, subrayando que la empresa nunca ha pagado a un luchador por llevar sus guantes. «Los usan porque se sienten seguros, porque saben que van a conseguir un KO», afirma. Los guantes se fabrican meticulosamente con el mejor cuero, y cada par se corta, cose y rellena a mano con espuma y crin de caballo, todo ello en máquinas de coser antiguas. Con un precio de 1.380 pesos (75 $) el par, estos guantes ofrecen una comodidad y una protección inigualables, hecho atestiguado por entrenadores de primera fila como Ignacio Beristain, que ha entrenado a campeones mexicanos como Juan Manuel Márquez y Ricardo López.

Los guantes Cleto Reyes son algo más que una pieza de equipamiento: son un símbolo del orgullo y la excelencia mexicanos. Las paredes de la fábrica de Ciudad de México están adornadas con fotos de presidentes, famosos y leyendas del boxeo que llevan con orgullo guantes Cleto Reyes. En un digno homenaje a su legado, los funcionarios de salud pública de México lanzaron recientemente una campaña de concienciación sobre el cáncer de mama, en la que se pusieron guantes Cleto Reyes de color rosa brillante para simbolizar la lucha contra la enfermedad.

Para los que trabajan en Cleto Reyes, como Albarran, no es sólo un trabajo, es una pasión. » Es un placer trabajar para una empresa reconocida internacionalmente», dice Albarrán, que ahora cose otros productos de la empresa, como sacos de boxeo. La marca Cleto Reyes es un faro de tradición, calidad y orgullo, que sigue dando forma al futuro del boxeo, guante a guante.